HISTORIAS DE RINCÓN

El Abuelo

Un cuento de Rincón del Mar por Juan Felipe Dueñas

El sol golpeaba de frente su rostro. La sabana brillaba con la luz clara de una mañana pasada por lluvia. Delante de él, caminaba su abuelo, dos perros flacos y alegres, y una vaca cansada con las ubres descolgadas. Al igual que los animales, ellos también iban descalzos. Joimar no debía tener más de seis años. Su abuelo bordeaba los ochenta. El camino era de un polvo rojizo, seco. Al lado y lado solo palmeras, pastos altos y uno que otro burro desorientado. El niño tenía un problema, quería saberlo todo.

–Abuelo ¿los pájaros se cansan de volar?

–A veces, y cuando pasa, dejan que el viento los lleve.

–Abuelo ¿Dios sale de día o de noche?

–Él nunca se va a dormir

–¿Y no se cansa?

–No, no se cansa.

–Abuelo ¿Los burros son caballos que comieron mal?

–No. Los burros son burros, los caballos son caballos.

Caminaban despacio, entre el sopor del calor y el sonido de los pasos en el barro. De pronto, Joimar pisó una plasta fresca que la vaca cansada, acababa de dejar de caer.

–Abuelo ¿la caca de vaca sirve para algo?

–Sirve para levantar casas.

Joimar estalló en una ruidosa carcajada y el abuelo lo acompañó con una sonrisa amplia que dejaba ver sus enormes y antiguos dientes blancos.

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